Un año. ¡Un AAAÑOOO! ¡Pero cómo se ha pasado tan rápido, cómo ha crecido tanto! Si perece que fué ayer cuando no tenías dientes, no podías ni girar la cabeza tú solita, no decías ninguna palabra…

Por ser una ocasión tan especial, nos esmeramos especialmente. Cualquiera que me conozca sabrá que se me suele ir de las manos la decoración de cualquier fiesta: en Navidades no dejo un milímetro sin navidorno (tengo que registrar esa palabra). Cuanto más hortera, mejor. Cada año además hay una nueva performance con el árbol, algunos años se llega a desvirtuar tanto que hay que explicar a las visitas que eso que están viendo es el árbol. En los cumpleaños, más de lo mismo. Pues ahora imaginaos el primer cumple de mi niña…