Cuando Eva sólo tenía seis meses y comenzaba a reptar, un día sorprendí a Dani enseñándole pacientemente cómo darse la vuelta para bajar del sofá con las piernas y no de cabeza. La siguiente vez que se repitió esta situación no pude por menos que preguntarle, y su respuesta fue:
–¿No lo ves? Le enseño a bajar bien de los lugares altos para que no se caiga ahora que ya se desplaza.