Que nos encanta viajar con niños es un hecho: no querría separarme de ellos una semana (ni un día) ni loca, me gusta descubrir nuevos lugares viendo a través de su inocencia y emoción, me parece increíblemente enriquecedor para ellos y es la única forma de conciliar que tenemos en esta pequeña familia.
Dicho esto hay varios planes que en una ciudad como Nueva York no se pueden hacer con niños pequeños como disfrutar de una cena de lujo en un rascacielos, ver un concierto de jazz, entrar a algunos museos como la Frick Collection o tomar una cerveza con un perrito ya que en la mayoría de bares en los que se vende alcohol está prohibida la entrada a menores.
Qué hacer con los niños
Tenéis dos opciones si queréis hacer alguno de estos planes:
- Contactar con una niñera. En la mayoría de hoteles disponen de este servicio. Si os alojáis en apartamento podéis recurrir a alguna de las páginas de babysitters. En ellas podréis ver el currículum de cada una, lo que cobra por hora (suelen trabajar un mínimo de 4 horas —nos parecía demasiado tiempo sin ellos— y los precios son bastante elevados) y qué tipo de servicios ofrece (normalmente es gente muy preparada y acude con varios juegos y actividades acordes con la edad de los niños). Si os decantáis por esta opción tendréis que tener en cuenta que hable castellano para que se pueda comunicar con los pequeños.
- Turnaros para cuidar de los niños. Suena triste pero en el fondo… ¿No puede ir el papá a un musical una vez terminado el día de turismo, mientras los niños se bañan y cenan? ¿No es genial que la mamá vea un concierto de jazz tomándose un mojito?

En esta maravillosa tienda me compré una bomba de baño pensando en un relajante baño tras una intensa jornada de turismo… ¡Pero se quisieron meter conmigo dos espontáneos! Adiós, tranquilidad…
Nosotros nos decantamos por la última opción. ¡Claro que nos habría gustado hacer todas esas cosas en pareja! Pero nos pareció la mejor forma de organizarnos y que los niños no nos echaran de menos. Nos separamos únicamente un par de horas dos días contados pero nos permitió explorar lugares que de otra forma no habríamos podido conocer.
La magia de Nueva York, además, es que todo el mundo es increíblemente abierto. Tienen fama de ser muy individualistas y cerrados, pero nada más lejos de la realidad: cualquiera que pase cerca intentará entablar conversación con vosotros.

La Frick Collection. Este museo es, simplemente, exquisito: una visita obligada. La pena es que no se admiten niños
Toooodo el resto de planes siempre juntos. No nos amilanamos ante ninguna situación y nos animamos a hacer cualquier cosa con ellos siempre que les permitan la entrada, claro.
Si queréis conocer planes con los peques en Nueva York no os perdáis estas entradas:
- Jane’s Carousel (Brooklyn)
- Discovery Room en el Museo Americano de Historia Natural
- Viajar a Nueva York con niños (parte 1)
- Viajar a Nueva York con niños (parte 2)
- Viajar a Nueva York con niños (parte 3)
Cuando sean mayores, haremos todas estas cosas con ellos: espero que quieran seguir viajando con nosotros toda la vida.
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