Cuando Eva sólo tenía seis meses y comenzaba a reptar, un día sorprendí a Dani enseñándole pacientemente cómo darse la vuelta para bajar del sofá con las piernas y no de cabeza. La siguiente vez que se repitió esta situación no pude por menos que preguntarle, y su respuesta fue:
–¿No lo ves? Le enseño a bajar bien de los lugares altos para que no se caiga ahora que ya se desplaza.
Pensé que estaba como una regadera, pero le seguí el juego. Hoy por hoy puedo asegurar que tenía MÁS RAZÓN QUE UN SANTO (que no me oiga). Eva baja sola desde entonces de cualquier lugar, siempre con supervisión, y todavía no se ha caído nunca. Incluso de lugares altísimos como nuestra cama.
Aquí podéis ver una secuencia, ahora con un año parece más normal, pero verla hacerlo igual de bien con siete meses impresionaba bastante:
La técnica
Es muy sencillo: se da la vuelta a una distancia prudencial del borde y comienza a gatear hacia atrás como un cangrejito. Cuando detecta que los pies ya están en el vacío se agarra con todas sus fuerzas con las manitas y se deja resbalar muy despacio sobre la barrigota hasta que llega al suelo. Si ve a mitad de camino que se le queda muy grande y se acobarda se ancla y comienza a gritar para que le ayudes.
Un detalle gracioso: Dani se esmeró tanto al enseñarle esta técnica que lo hace incluso cuando está gateando sobre llano y el terreno cambia de color o material, como por ejemplo para salir de la toalla a la arena o del camino a la hierba. Ella se gira, tantea con el pie y si le da confianza continúa su periplo.
Cómo enseñarles
Es sencillísimo: hay que armarse de paciencia y durante una, dos, tres semanas o el tiempo que necesiten para tenerlo grabado para siempre en el cerebro, repetir la operación de darles la vuelta y deslizarles hasta el suelo explicándoles la jugada CADA VEZ que os levantéis del sofá o la cama. Nosotros tuvimos suerte y Eva lo aprendió enseguida porque lo hicimos en el momento exacto en el que todavía no sienten la necesidad de desplazarse pero están a puntito de hacerlo. Creo que ahí reside el truco.
Si aún estáis a tiempo os recomiendo que lo pongáis en práctica porque merece la pena para ahorrarse un buen susto cada vez que están sobre una superficie alta. Además les brinda bastante autonomía si pueden bajar ellos mismos sin necesidad de que os tengáis que levantar para ayudarles. Aún así, repito, hay que estar pendiente porque son muy pequeños e igual calculan mal o les fallan las fuerzas.
Pablo
¡Qué bien se ve la técnica en el vídeo! Me parece muy buena recomendación anticiparse a enseñarles cómo bajar de sitios altos antes de que lo puedan experimentar por error. ¡Bien por el profe Dani!
Laura
Vaya ideada! En cuanto Leo sea un poco mas grande lo haremos sin duda!