La mayoría de relatos que he leído acerca de partos (y han sido muchos), son historias de terror. Yo misma, de los tres que he vivido, tuve uno nefasto, otro que estuvo bastante bien y, por fin, uno fantástico. Sí, existen, chicas: hay partos muy buenos. Casi nadie cuenta sus buenas experiencias, de modo que todo lo que leen las futuras madres son partos desastrosos. Por eso quiero contar cómo fue el nacimiento de Samuel, para animaros y haceros ver que también puede ir todo sobre ruedas.
Dani y yo nos habíamos vuelto conformistas: después de la tragedia de Mateo y del parto peor atendido del mundo (atendido por decir algo), el hecho de que el nacimiento de Eva fuera rápido y, sobre todo, que la niña estuviera perfectamente, nos parecía más que suficiente como para calificar el parto de Eva como muy bueno. Pero la realidad es que hubo overbooking, por lo que compartí la minúscula sala de dilatación con otra chica que miraba a un metro de mi alucinada cómo empujaba (no había paritarios libres), tuvieron que hacerme una episiotomía de la que posteriormente se saltaron algunos puntos, Dani no pudo acompañarme durante las largas horas que pasamos en la sala del despertar hasta que se quedó libre una habitación en planta… ¡Estaba claro que se podía mejorar!
Cronología del parto
- Llegamos a las 16:30 o 17:00. Ningún problema con Eva ni estrés porque se tuviera que quedar sola o con alguien con quien no tuviera mucha confianza: ese fin de semana habían venido de visita, casualmente, mis padres y mi hermano. A pesar de que las contracciones se habían distanciado un poquito dijeron que sí, que no era una falsa alarma y que me pasaban a la sala de dilatación. ¡BIEN!
- Estaba completamente sola. Era la única mujer de parto en ese momento, tenía a todo el personal y recursos de la planta a mi disposición. Estuve en la misma sala de dilatación que en el parto de Eva, solo que en esta ocasión parecía gigante. Dani y yo pasamos unas horas fantásticas riendo y elucubrando (entre contracciones) cómo sería este chiquitín al que estábamos a punto de conocer. Dolía muchísimo, claro que sí, pero era un dolor «bueno», feliz. Sabía que terminaría pronto y tendría el mejor final posible: Samuel. ¡BIEN!
- Las matronas que me atendieron fueron las mismas que las del parto de Eva: Lourdes y Marta, que me reconoció nada más entrar por la puerta. Un motivo más de felicidad: ¡qué importante es un trato profesional y cercano en un momento tan importante de nuestras vidas! No pudo alegrarme más que fueran ellas quienes me acompañaran también en esta ocasión: me aconsejaron siempre que lo pedí, me animaron, me aseguraron que iríamos al ritmo que yo quisiera, que ellas no tenían ninguna prisa. Caras conocidas que no perdieron la sonrisa en ningún momento. ¡BIEN!
- Sólo me realizaron dos tactos: uno al llegar (en el que había dilatado unos 5 cm) y otro cuando unas horas después las llamé porque había roto aguas y ya había dilatado completamente. ¡BIEN!
- Como no había nadie más esta vez me tocó en la sala buena: la que tenía una cama más reclinada y con asideras. ¡BIEN!
- A las 20:25 entré en el paritorio. No llegaron a ser ni diez pujos en total, Samuel nació a las 20:30. Al principio pensaba que no estaba avanzando nada (veía el progreso en un espejo que pedí, os lo recomiendo) y en uno de los pujos salió de golpe. La matrona tuvo que cogerlo en el aire, un poco más y lo lanzo contra la pared de enfrente. ¡BIEN!
- Esta vez no necesité episiotomía, sólo tuve un pequeño desgarro que no me molestó nada. ¡BIEN!
- Como nació llorando, con muy buen color, buscando el pecho e incluso haciéndose caca encima de mi pierna le dieron un 10 en el test de Apgar. No lo separaron de mi en ningún momento y se quedó sobre mi hasta que nos subieron a planta. ¡BIEN!

No le separaron de mi ni le metieron en la cuna hasta que no subí a planta. Aún así tampoco estuvo mucho en la cuna
- Esta vez Dani pudo cortar el cordón después de que éste dejara de latir, tal y como solicité en mi plan de parto. ¡BIEN!
- En la sala de despertar esta vez estuvimos solos (la anterior vez hubo otras tres chicas y no dejaron entrar acompañantes). ¡BIEN!
- Los dos primeros días estuve sóla en la habitación, ¡comodísimo! ¡BIEN!
Como veis esta vez tuvimos muchísima suerte con todo, fue redondo. Además, lo realmente importante: nació un bebé sano, precioso, bueno, simpático… ¡Qué os voy a decir de mi niño!
Marga
Encantada que te lo has pasado tan bien. Es monisimo y muchas felicidades y salud atodis!
Mil besos Marga
Cantando Nanas
¡Muchas gracias, Marga!
Besos para ti también.