Hace dos años, cuando viajamos con Eva por primera vez fuera de España, decidimos comprarle un cuento florentino como recuerdo. Desde entonces lo hemos convertido en una tradición y, en lugar de un juguete o una postal, nos llevamos un cuento de cada país que visitamos.
Esta tradición se ha extendido y ahora, cuando Dani viaja sin nosotros, trae a los niños como regalo un libro del destino que haya visitado. ¡Ojo, no siempre lo hace! Este es un tema del que os hablaré en el futuro, simplemente os adelanto que no queremos que asocien la alegría de su regreso con un regalo o que lo den por sentado cada vez que se ausenta.
Procuramos fijarnos en que el autor y la editorial sean locales: de esta forma el recuerdo es más auténtico.
Algunos de nuestros cuentos de Bélgica
Ploc
Las ilustraciones de Mélanie Rutten para este colorido libro de Éditions MeMo son, simplemente, exquisitas. Lo adquirimos en Bruselas en la librería Le Wolf, de la que os hablé en un post anterior.
Deja una respuesta