Un tema que siempre me ha agobiado mucho durante los viajes es que alguno de los niños se separen una milésima de segundo y se pierdan. Esto es extrapolable a momentos en los que hay un gran tumulto de gente en Zaragoza, pero se me antoja más peliagudo en el extranjero ya que no se pueden comunicar en su idioma.
Categoría: Consejos básicos Página 1 de 2

Algo que no se me habría pasado por la cabeza hace unos años a la hora de planificar un viaje es buscar un alojamiento que no fuera un hotel. Sin embargo la búsqueda de apartamentos cada vez está más normalizada y hoy en día podemos encontrar gran variedad de ofertas en cualquier destino.

A estas alturas, tras el último post, parece que os he desanimado para embarcaros en un viaje con los peques pero nada más lejos de mi intención. Únicamente quería preveniros para que no os pillen por sorpresa algunas situaciones.
Yo vivo esto prácticamente todos los meses y sigo repitiendo encantada, sus ventajas tendrá, ¿no?

Sois muchos los que me decís la suerte que tengo por viajar tanto y así es: estoy encantada con la vida que HEMOS ELEGIDO entre Dani y yo. Siempre he sido muy viajera y me encanta poder inculcárselo a mis niños.
Esta es la fórmula que hemos encontrado para conciliar. Dani viaja muchísimo debido a su trabajo y no queremos pasar mucho tiempo separados, además los niños cada vez acusan más sus ausencias.

En el anterior post os hablaba sobre qué tenéis que tener en cuenta a la hora de comprar los billetes de tren. Ya los tenéis y estáis en la estación, ¿cómo vais a afrontar la espera lo más cómodamente posible? Aquí tenéis algún consejo que a nosotros nos funciona:

Cada vez que viajamos en tren (o en otro medio de transporte público), debemos sacar un billete para cada uno de los viajeros, ocupen o no plaza y paguen o no (los menores de cuatro años viajan gratis en Renfe pero no tienen asiento. Los niños de 4 a 14 pagan el 60% del precio del billete y tienen asiento). Es decir, que los niños han de llevar el suyo también, lo cual es lógico porque se ha de tener un registro de todo el mundo en caso de avería, accidente o por lo que pudiera pasar.
Los padres de más de un niño pequeño os preguntaréis entonces cómo sacar el segundo billete de tren para vuestros retoños. ¿Habéis consultado mil veces la web de Renfe? ¿habéis llamado a información? Exacto, acabáis de daros de bruces con la realidad: no se puede.

Tenemos nuevo carrito y ¡¡¡me ENCANTA!!! Llevaba desde el embarazo rondándolo porque es perfecto para los viajes por su ligereza y lo sencillo que es de abrir y cerrar. Nos hemos decidido a comprarlo por varias razones:
- Que Eva empieza a pesar y moverse más. Portear unas horas es comodísimo, pero cargarla el día entero (como ocurre en muchos viajes) es demasiado.
- Que si cenamos o comemos por ahí en algún viaje es más práctico porque se queda dormidita enseguida en él.
- Que va más fresquita que en la mochila y en alguno de los destinos lo agradecemos ambas.

El jet lag, también conocido como descompensación horaria o disritmia circadiana es un desequilibrio interno que se produce al cambiar muy rápidamente de huso horario (atravesando varios meridianos), de tal forma que al cuerpo no le da tiempo de asimilar esta diferencia de horas y nuestro ritmo biológico sigue aún en el lugar de origen mientras que en el de destino es otra hora completamente diferente. El reloj interno de la persona tiende a prevalecer, por lo que tendrá sueño en pleno día y por las noches mantendrá un estado de vigilia. Es mucho más acusado cuando se viaja hacia el este que hacia el oeste, de modo que lo notamos mucho más en nuestra ida a Corea del Sur que a la vuelta.