Os propongo un plan que os va a encantar: pasar un día en el variopinto barrio de Asakusa. El itinerario perfecto es primero visitar el templo Senso-ji para después caminar tranquilamente hasta Kappabashi, una calle donde podréis encontrar cualquier artículo relacionado con la cocina (cuencos, palillos, cuchillos, etc.).
Categoría: Compras Página 1 de 4

Quiero haceros una comparativa entre estas dos fabulosas mochilas que tantiiiisimo nos han ayudado con nuestros viajes y nuestro día a día. Ya os había hablado sobre el porteo y sobre diferentes tipos de portabebés, ahora entraré en detalle sobre estas dos mochilas que han sido, sin duda, las reinas de nuestra familia.
Cada una de ellas tiene ventajas claras sobre la otra. Partiendo de la base de que ambas son muy cómodas, de buena calidad y tienen unos diseños preciosos, os voy a describir las características más favorables de cada una de ellas:

Hace dos años, cuando viajamos con Eva por primera vez fuera de España, decidimos comprarle un cuento florentino como recuerdo. Desde entonces lo hemos convertido en una tradición y, en lugar de un juguete o una postal, nos llevamos un cuento de cada país que visitamos.

Hace dos años, cuando viajamos con Eva por primera vez fuera de España, decidimos comprarle un cuento florentino como recuerdo. Desde entonces lo hemos convertido en una tradición y, en lugar de un juguete o una postal, nos llevamos un cuento de cada país que visitamos.

Hace dos años, cuando viajamos con Eva por primera vez fuera de España, decidimos comprarle un cuento florentino como recuerdo. Desde entonces lo hemos convertido en una tradición y, en lugar de un juguete o una postal, nos llevamos un cuento de cada país que visitamos.

Hace dos años, cuando viajamos con Eva por primera vez fuera de España, decidimos comprarle un cuento florentino como recuerdo. Desde entonces lo hemos convertido en una tradición y, en lugar de un juguete o una postal, nos llevamos un cuento de cada país que visitamos.

Hace dos años, cuando viajamos con Eva por primera vez fuera de España, decidimos comprarle un cuento florentino como recuerdo. Desde entonces lo hemos convertido en una tradición y, en lugar de un juguete o una postal, nos llevamos un cuento de cada país que visitamos.