No lo puedo ocultar: ¡me encanta Turquía! Esto es porque es el lugar en el que he veraneado con mis padres y hermanos toda la vida: primero un periplo por Europa para llegar (cada año por un camino diferente) y después unos días en un pueblecito del sur en el que mis hermanos y yo trotábamos asalvajados a nuestras anchas. Estambul era parada obligatoria durante, al menos, tres o cuatro días cada año.
Recientemente he podido viajar con mi propia familia a Estambul, ¡qué recuerdos! Muchas cosas siguen como siempre y otras me han sorprendido, a continuación os doy algunas recomendaciones por si tenéis pensado viajar a este mágico lugar: