Hoy mi niño cumple un año… ¡UN AÑO! No entiendo cómo ha podido pasar el tiempo tan rápido.
El día de tu nacimiento, Samuel, fue muy diferente de los de Mateo (traumático y desgarrador) y el de Eva (una emoción desbordante): contigo teníamos experiencia y sabíamos cuantísimo se puede llegar a querer a una personita. Contigo, sólo de pensarlo, se nos caían las lágrimas en la sala de dilatación. Contigo, sólo de pensarlo, nos reíamos a carcajadas en el paritario imaginándonos cómo sería viajar con un pequeñín más.
No estaba clara la fecha de inicio del embarazo porque, al continuar con la lactancia de Eva, no había tenido la regla. Todo el mundo (me refiero al personal médico), auguraba que nacerías el veintimuchos de abril o principios de mayo, aunque en todas las ecografías parecías un niño grandote. Esta tozuda madre dijo, desde el primer día, que no: que serías para el 15 de abril ¡y así fue! No eras un niño grande: estabas predestinado a nacer el día que tu mamá te llamaba en su fuero interno.
Mis principales miedos
¡Cuánto cambian de un embarazo para otro! Con una niña muy pequeña en casa y habiendo pasado ya la fase de primerizos, mis baremos eran muy diferentes:
- Me ATERRABA la idea de ponerme de parto y tener que dejar a Eva con alguien a quien no conociera (es extremadamente tímida).
- Pasar tres días separada de Eva si todo iba bien, unos cuantos más si por algún motivo tenía que permanecer más tiempo en el hospital. ¿Podría dormir sin mi? ¿Lo pasaría muy mal? Ha sido la única vez en dos años que nos hemos separado.
- ¿Podría querer a Samuel tanto como a Eva? Echando la vista atrás me da la risa, pero en aquel momento me parecía imposible tener tantísimo amor dentro de mi. Suena ridículo pero era una idea recurrente que me asustaba bastante.
- Con dos niños pequeños, ¿podría estimular a Samuel convenientemente? Eva nos tuvo en exclusiva durante año y medio y quería que Samuel tuviera todo el espacio posible con nosotros también.
- El postparto: esta vez tendría dos niños en casa y seguramente no podría descansar si me costaba recuperarme más que en los partos anteriores.
- Que Samuel estuviera sano. Como me enteré un poco tarde de que estaba embarazada durante las primeras semanas hice cosas poco recomendables, como salir a correr (ya véis, ¡me dió por ahí JUSTO en ese momento) o comer cosas prohibidas como sushi o carne cruda.
Samuel
¿Qué os puedo contar que no sepáis ya? Es el niño más paciente y bueno del mundo. Eso es un hecho, no me ciega el amor de madre.
Come muy mal: de momento dice que con teta a todas horas le va bien. Y le cunde, ¡porque esas rosquillas y esa fuerza de algún sitio tienen que salir!
Tiene la risa más fácil del mundo, idolatra a su hermana, gatea a la velocidad de la luz , cuando consigue dar dos pasitos seguidos le entra tanta risa que se cae de culo, tiene muchísimas cosquillas en los muslos y no hay cosa que le atraiga más que un cable o un enchufe.
Desde que nació ha recorrido medio mundo y esperamos seguir haciéndolo mucho más, ¡todavía nos quedan muchas aventuras por delante! ¡Vivan los niños viajeros!
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