Os lo voy a confesar: soy una vaga. Ya en el embarazo una amiga me recomendó ir a matronatación para embarazadas porque era una forma de hacer ejercicio moderado de manera divertida. Pero la piscina que lo ofertaba me pilla demasiado lejos de casa. Otro cantar son las clases para bebés, se realizan en muchos más centros y esta vez sí que me voy a apuntar.
La experiencia con Eva
Aprovechando la última visita a Asturias hicimos una escapada a Las Caldas mi suegra, mi cuñada y yo. Ya tenía ganas de hacerlo desde que Eva tenía cuatro meses y venía amenazando a la familia con apuntuarme a algún curso desde entonces. Esta experiencia ha sido el arranque definitivo: como buena hija de criatura acuática que es, me ha salido una niña-pez que disfruta de lo lindo en el agua.
Iba preparadísima para la ocasión: ropa fácil de poner y quitar, el pañal para el agua y su mini braguita bañador de fresitas con volantes con la que estaba para comérsela (objetivamente, no lo digo porque sea su madre). Aprovecho esto último para decir que me horrorizan los bikinis para niñas (¡los hay incluso para bebés!) y que se las sexualice desde tan pronto. Sin ir más lejos el otro día en una conocida multinacional, buscando en la sección de bebés, me encontré bikinis con flecos en los tiángulos para simular algo de volumen donde obviamente no hay. No me gusta NADA, NADA, NADA. Con lo ricas que están con sus barrigotas y esas piernas de roscas… Bueno, apunte hecho, creo que ha quedado clara mi opinión.
Volviendo a Las Caldas, las instalaciones estaban perfectamente preparadas para ir con un bebé: cambiador en los vestuarios, el agua muy calentita y sin cloro (si lo había desde luego era muy bajito). Nos dieron una especie de flotador para Eva que por supuesto se turnaron para llevar entre mi suegra y mi cuñada porque la niña no quiso ni tocarlo. El precio, por si estáis pensando ir, es de 14 € por persona y gratis para los menores de dos años.
La matronatación
La experiencia que vivimos el otro día no es matronatación, sino un poco de chapoteo. Aun así fué el primer contacto de la niña con el medio (no os penséis que no bañamos a la criatura, quiero decir en una piscina).
Las clases propiamente dichas están a cargo de un monitor que coordina pequeños grupos (normalmente el número máximo de alumnos por clase suele ser seis). Son sesiones de 30 a 45 minutos puesto que más sería demasiado para los niños. Son aptos para bebés a partir de los cuatro meses, cuando su sistema inmunológico está un poco más desarrollado y ha recibido la segunda tanda de vacunas.
Siempre acompañado por el padre o la madre, no se pretende ni mucho menos que el niño aprenda a nadar, es demasiado pequeño para eso. Tampoco creo que suponga un gran desgaste ni esfuerzo físico, se me antoja más como una forma de pasar un rato muy divertido haciendo algo diferente con nuestros pequeños. Es también una forma de estimularles y hacer que se vayan familiarizando con el agua, así como de reforzar el apego.
Hay que tener en cuenta varios aspectos: que el agua esté calentita, que no esté tratada con demasiado cloro, que la temperatura ambiente también sea suficientemente templada y que los vestuarios estén equipados con cambiador. Hay que duchar a los niños con nosotros después de la sesión para retirar los posibles restos de cloro que pudieran irritar su piel.
Personalmente me parece complicado ir una sóla persona, porque si el bebé ya es un terremoto como Eva que no puede estar quieta no se me ocurre cómo podría secarme y vestirme con ella en brazos. Si alguna madre acude sóla, ¡por favor que nos cuente si es factible y algún truco o consejo!
Sara Illana
¡Yo sí! ¡Desde luego! Matrinatación a tope a no ser que mi vagancia y cansancio digan en el futuro lo contrario.
¡Qué ganas tenía de leer esta entrada, Clara!
Cantando Nanas
¡Claro que sí, Sara, que no te pueda la vagancia como a mí, que ahora me estoy arrepintiendo!
Yo también tenía ganas de escribir al respecto, con Eva malita me ha costado un poco más sacar tiempo para hacerlo. ¡Ese día nos lo pasamos pipa! ¡Se me hizo cortísimo!
Aiala
Madres y papis solos, si se puede!! Hay que pasar un momento de congelación extrema y pérdida de la vergüenza total, porque mientras lo estas vistiendo es común que se te caiga la toalla a ti….una vez que lo tienes listo la cosa es o ponerlo en el carro con su arnés atrapador evita fugas o si no pedirle a alguien que te lo mire un momento, la gente se suele solidarizar. Lo mejor? Ir con una amiga o amigo y hacer turnos….
Cantando Nanas
Jajaja, me ha encantado la respuesta, muchas gracias Aiala. Pues no se hable más, me voy a apuntar y si puede venir Dani estupendo, ¡si no a pasar frío extremo!
chanel white j12 watch replica
I love reading your articles so much.
Cantando Nanas
Thank you very much. I hope the next ones will like you the same as those ones.