Cantando Nanas se suma a contramarcha

Cuando me pidieron que me sumara a la campaña de “A contramarcha” no tuve que pensármelo dos veces: había estudiado suficiente el tema cuando Eva estaba a punto de nacer como para saber que se necesita la máxima difusión y concienciación al respecto, porque es la vida de nuestros hijos la que está en juego. Nosotros en Zaragoza no tenemos coche: es imposible vivir más cerca del trabajo y estamos en el centro, pero sí que lo utilizamos en Vitoria y, por supuesto, tenemos la sillita colocada en sentido contrario a la marcha y así va a seguir hasta que la cambiemos por la siguiente talla, que también irá colocada a contramarcha.

En Suecia, donde es obligatorio el uso de la sillita colocada en esta posición, las únicas muertes de niños en accidentes desde la imposición de la contramarcha han sido las producidas por aplastamiento o intrusión. En España la DGT recomienda esta posición el máximo tiempo posible, aunque aún no es obligatorio a pesar de que se sabe que es mucho más seguro. Al igual que se conocen de sobra las ventajas de la vacunación y aún no es obligatorio. No puedo entenderlo. Voy a intentar acompañar el post con imágenes que no son mías sin que sirva de precedente, pero creo que así podré ilustrar mucho mejor las explicaciones.

Vamos con los datos técnicos, que son los que a mí me abrieron los ojos:

Las sillitas infantiles

Las sillitas infantiles homologadas no tienen por qué ser seguras, lo que cuenta es que sea un mecanismo de retención ¡ZASCA!. Está bien que retenga al niño, el hecho de que no salga despedido puede salvar vidas, pero no puede ser que puntúen más los materiales que utilice o la simplicidad de colocación que lo seguro que sea a la hora de evitar daños. Sin ir más lejos, el caso del último niño que falleció tras romperse el cuello en un accidente. Sus padres, que apenas habían sufrido daños, habían comprado una de las sillitas más recomendadas, caras  y premiadas del mercado.

 

Sillita a favor de la marcha vs. a contramarcha.

No me cabe ninguna duda de que cualquier padre compra siempre lo que cree mejor para sus hijos en la medida de lo posible, lo que ocurre es que falta mucha información. Las sillitas para que estén homologadas tienen que superar un test de calidad de fabricación, no uno de seguridad en caso de accidente.

La mejor sillita a favor de la marcha (con mejor me refiero a la más cara, por poner algún tipo de parámetro), protege muchísimo menos que la peor de las sillas a contramarcha. Y, repito, hay que llevarla el máximo tiempo posible: al menos hasta los cuatro años.

Por qué son más seguras

Hay que tener en cuenta que la cabeza de un niño pequeño supone aproximadamente un cuarto de su tamaño total, y además los músculos de su cuello aún no están tan desarrollados como los de un adulto.

Tamaño de la cabeza.

 

En caso de accidente, el niño se desplaza hacia delante y es retenido por el arnés, de modo que su cabeza sale disparada provocando tensiones muy altas en cuello, columna vertebral y órganos internos. En sentido contrario, el propio respaldo de la sillita lo impide amortiguando el golpe e impidiendo el desplazamiento. Resultado: reduce en un 75% el riesgo de sufrir lesiones graves. Este modelo se tomó de la NASA, que lo utiliza para sus astronautas en las decelaraciones tan grandes que sufren al volver a la Tierra (oooh).

 

 

En caso de accidente evitan lesiones graves.

Las sillas a contramarcha son hasta cinco veces (repito: CINCO VECES) más seguras que las sillas a favor de marcha. Si además disponemos de sistema Isofix y encima situamos al niño en el asiento central trasero ya nos coronamos.

Los “peros”
  • No veo al niño: mejor, eso quiere decir que estás mirando a la carretera. Era broma, en realidad tiene tan fácil solución como colocar un espejo retrovisor.
  • No le caben las piernas, las tendrá que llevar encogidas: aún no me he topado con ese problema, pero por lo que he podido averiguar las sillitas a contramarcha tienen una altura que hace que vayan confortables. Además a esa edad son como monitos, no creo que vayan incómodos por pisotear un poco el respaldo en vez de llevar las piernas colgando.
  • No tienen visibilidad y se aburren: no sé si se aburren o no, pero desde luego visibilidad tienen mejor que a favor de la marcha porque ven la luna posterior completa.
  • Las sillas son caras: pues las hay del mismo precio que las otras. Lo que sí que es verdad es que, al no estar tan extendidas, hay menos modelos que elegir.

Seguro que alguno me he dejado en el tintero, aunque desde luego ningún “pero” me parece suficiente excusa como para no llevar a Eva a contramarcha, si con ello evito que en caso de accidente pueda sufrir daños graves o la muerte.

Me alegro de que me pidieran unirme a la campaña NI UN PEQUE MÁS EN PELIGRO, una iniciativa de Una Mamá de Otro Planeta, A Contramarcha y A Contramarcha salva vidas. Espero haber colaborado con mi granito de arena.

Cartel

Ya sabéis, si vais a montar a vuestros hijos en coche, ¡siempre a contramarcha!

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LoraLora

8 comentarios

  1. Pablo

    ¡Muy interesante! Nunca me había parado a pensar en qué términos una silla se etiquetaba como homologada o no, pero me sorprende que no sea para la función para la que está fabricada. Me queda la duda ¿por qué en el asiento trasero central?

    ¡Gracias!

    • ¡Hola, Pablo! Seguro que la calidad de las sillas es buena, eso no lo pongo en duda, pero debieran puntuar otros parámetros más. Lo de situar al niño en el asiento central es por si se produce una colisión lateral, que es una de las más frecuentes por el alcance de otros vehículos. Al estar el niño en el centro, aunque se produzca aplastamiento no le toca.

  2. Laura

    Super claro gracias por la informacion es muy logico. Yo ya tenia preparada la silla de leo asi pero no sabia q hasta los cuatro años tambien. Desde luego si es mas seguro lo demas no importa besos!

  3. Me ha gustado muchísimo tu post. Muy bien explicado, documentado, más claro que el agua y con un punto de humor que se agradece (lo del retrovisor me ha llegado, ). Enhorabuena y gracias por sumarte con un post tan chulo!

    • ¡Muchas gracias! La verdad es que me ha gustado mucho escribirlo, ha sido una iniciativa estupenda y me halaga que me pidieras que me uniese a ella. Creo que hicimos bastante ruido, que es lo importante.

  4. Carmen

    Hay que tener en cuenta que estas sillas suelen llevar “pata” y esta no debe apollarse sobre trampillas o elevaciones de suelo típicas del asiento central. Por desgracia también se da mucho el caso de que este siento no tiene isofix, por lo que si es el caso, sólo podrá usarse el asiento anclado con cinturón.
    Mi hijo mayor (5 años) aún va a contramarcha y todavía escucho que por qué no le llevo de frente, que se va a marear… y de más comentarios sin sentido… A veces él también pregunta por qué va al contrario que sus primos, pero luego se le olvida…

    • Cierto, ¡gracias por el apunte!
      Yo lo tengo claro: que digan lo que quieran. Si mis hijos van más seguros me importa bien poco. Lo normal es que nunca pasa nada pero si ocurriera no podría vivir sabiendo que tenía esta información en mis manos y decidí ignorarla.

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